Los amigos de Juancho le habían contado que el matrimonio era difícil solamente durante
los primeros cincuenta años. Él recordaba, a los trece de casado, cómo, cuando entró en
la iglesia aquel lejano día de su matrimonio, sintió algo de pánico, pero aun no tenía clara
las razones de esas angustias. Tal vez, pensaba, eran debido a las historias de sus
amigos.

Un día, estando sumido en estos pensamientos, tuvo la ocurrencia de adelantarse al
tiempo y dedicarse a investigar qué es lo que descubren los matrimonios de sus amigos a
los cincuenta años para que deje de ser éste un compromiso tan difícil de soportar.
Comenzó a observar muy cuidadosamente cada segundo, cada instante, la situación de
los matrimonios y a clasificar las cosas más mortificantes que ellos vivían.

Pasaron varios años de su vida mientras Juancho recolectaba cientos de motivos que
pudieran hacer del matrimonio algo difícil de manejar. Y fue así que la lista de razones fue
creciendo, alimentando de esa manera los datos de su trabajo investigativo; y así, crecía
también la esperanza de descubrir cada uno de esos insoportables motivos de desdicha
conyugal.

Por Manuel Dávila Sguerra
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