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Autor: Marco Coscione

 

En esta columna, su autor plantea que en Chile las cooperativas han aumentado, que sus principios y valores fundamentales coinciden con los del movimiento por el comercio justo y que esa relación aún puede fortalecerse más.

El cooperativismo está poniéndose de moda en Chile. Según los datos de 2017 de la División de Asociatividad y Economía Social del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, en el país hay 3.302 cooperativas registradas, con 2.906.976 socios. Aunque las cifras no nos dicen cuántas realmente aún siguen vigentes y activas, en los años 2016 y 2017 hubo un crecimiento importante en el número de nuevas constituciones. Se sumaron 69 en 2015, 182 en 2016 y 177 el año pasado. Sin embargo, según muchos conocedores del sector, estas cifras totales no reflejan la realidad del sector cooperativo nacional. De acuerdo a los datos que maneja la recién creada Asociación Nacional de Cooperativas de Chile, estaríamos hablando de más de 1.300 cooperativas activas a nivel nacional, que representarían a 1 millón 800 mil personas.

El movimiento cooperativo y el más reciente movimiento por un comercio justo y solidario comparten principios y valores fundamentales como el control democrático y la participación económica de sus miembros; el compromiso con la comunidad y la colaboración con otras cooperativas y articulaciones nacionales o internacionales; la autonomía e independencia de sus organizaciones.

Especialmente en América Latina y el Caribe, muchas de las organizaciones de pequeños productores del comercio justo son cooperativas y, varias de ellas, también participan del movimiento cooperativo mundial. A pesar de ello, los lazos entre los dos movimientos no son muy fuertes, y nunca se han materializado en una estrategia de cooperación conjunta.

La sensibilización de los consumidores para la creación de nichos de mercados cooperativos y de comercio justo, así como la conformación de cooperativas de servicios o de trabajo que le apuesten a la comercialización justa y responsable de productos provenientes del sector cooperativo, representan dos de los desafíos actuales a los cuales apostar para fortalecer la relación entre los dos movimientos. En Chile hay terreno fértil para avanzar en esta dirección.

 

Fuente: https://basepublica.org